Metidos ya en un nuevo año, merece la pena echa la vista atrás brevemente para recordar el que fue, muy probablemente, uno de los hechos más relevantes del pasado año.
Nos referimos al huracán Ophelia en el mes de octubre. Un fenómeno que dio muchos quebraderos de cabeza en las previsiones durante su vida a lo largo de la primera mitad de octubre 2017, e incluso con algunas sorpresas imprevistas, alcanzando sorprendentemente la ¡Categoría 3! de huracán mayor al sureste de Azores el 14 de octubre.
Se trató de un hecho histórico (sin precedentes) en esta región del Atlántico, ya que pasó a convertirse en el huracán más potente que más al este se ha observado jamás en el Atlántico Oriental (registros desde 1851!). Todo un hito para la meteorología.
Ophelia se desplazó entre los días 14 y 15 de octubre frente a las costas occidentales de la península Ibérica aún como huracán de Categoría 2, y acabó alcanzando el archipiélago británico ya como una potentísima borrasca extratropical.
Durante su camino, llamaban poderosamente la atención las imágenes de satélite del momento, ya que muy pocas veces un huracán se acerca tanto a la península, y mucho menos con Categoría 3.
Algunas estimaciones por satélite incluso señalaron que Ophelia habría podido estar muy cerca de la ¡Categoría 4! durante su máximo esplendor cerca de Azores el día 14 (dato no oficial y aún pendiente de validación).
A lo largo de toda la jornada de aquel sábado, Ophelia ofrecía un aspecto realmente espectacular a vista de satélite, tal y como recoge la animación superior, con una estructura bastante compacta, simétrica y ese ojo amplio, oscuro y muy bien definido.
Sin embargo, el domingo día 15, Ophelia ya presentaba claros signos de debilitamiento, con un aspecto algo más desigual, deformada por la enorme fuerza del chorro polar en altura y la interacción de una masa de aire frío polar que la alcanzaba desde el Atlántico norte.
Situación que finalmente provocó el colapso de su ojo central a medida que Ophelia transicionaba hacia una borrasca más común de latitudes medias, pero, a la vez, en un proceso de ciclogénesis muy intenso, con vientos potencialmente fuertes para Irlanda ya en la jornada del lunes.
Efectos en España
A pesar de ello, sólo Galicia, norte de Portugal y zonas altas del Cantábrico registraron algunas rachas fuertes de viento al paso de Ophelia frente a las costas gallegas, ya que estos fenómenos asocian una enorme cantidad de energía, pero en un área demasiado concreta.
Las rachas máximas superaron los 80-90 km/h en líneas generales en las costas de Galicia y norte de Portugal, y hasta más de 100 km/h en puntos más expuestos.
Todo ello junto a un intenso oleaje con olas superiores a los 6-7 metros de altura. Eso sí, nada que ver con los más de 10 y hasta ¡15 metros! de altura de las olas en el litoral sur de Irlanda durante su impacto.
¿Volveremos a ver pronto algo parecido? ¿Estuvo el Cambio Climático detrás de este hecho? ¿Serán estos fenómenos extremos más frecuentes en el oeste de Europa?
Preguntas que muchos nos hacemos, pero de muy difícil respuesta. Sólo el seguimiento meteorológico a lo largo del tiempo nos sacará de dudas.